sexta-feira, 7 de maio de 2010

Lucio Costa X la ciudad utopica (Español)

¿Cómo sería una ciudad utópica? Sería un lugar o un ideal? Siempre buscamos la perfección en las actitudes y acciones que hacemos, pero nos olvidamos que cada persona tiene su manera de pensar, actuar y ver la vida diferente. Cuando Lucio Costa pensó Brasilia, creía en los principios modernistas de la Carta de Atenas ", trabajar, habitar, moverse y volver a crear, en ese orden. Y qué orden se seria? ¿Existe una regla, o simplemente diferentes perspectivas? Lucio Costa ha imaginado la ciudad perfecta, con sus escalas Gregarias, Bucólico, Residencial (su unidad de barrio), y Monumental, y las personas que optaron por el Plan Piloto, apoyaron este sueño por lo que él fue elegido y construido.

Pero como ya decía Chico Science: "La ciudad no se detiene, la ciudad solo crece. "Brasilia se convirtió en gente grande, una señora de 50 años, y como tal sufre cambios, madura como un niño al nacer, que los padres planifican su futuro, ¿qué va a ser cuando llegue a la edad adulta. Brasilia siguió el mismo ejemplo, Lucio Costa ha planeado una ciudad con 500.000 habitantes, hasta el año 2000, y que lo que hoy se ve son más de 2,6 millones de habitantes. ¿Cómo soportar tantas personas en la limitada Brasilia? Simple: con la construcción de las Regiones Administrativas, anteriormente llamadas de ciudades satélites.

Las ciudades satélites, que crecen cada año y convierten las calles largas y proyectadas por Lucio Costa en verdaderos embotellamientos. Los centros administrativos llenan de autos a la cuidad, y para subsanar las deficiencias el gobierno local modifico con obras el diseño original. Y así a Brasilia a los 50 años se convierte en una mujer cansada, llena de problemas. La “planificación urbana "cambia de acuerdo a las necesidades de la población, y con ella la ciudad tan soñada, donde sería el lugar ideal para vivir, la recreación, la comodidad y el trabajo.

Por desgracia, la tan soñada tierra del nunca jamás, la ciudad utópica de Lucio Costa esta apenas en el papel en su mesa. Tal vez la tierra del nunca jamás de Lucio Costa nunca ha alcanzado el dibujo. O tal vez este es el ideal, planificado por él. Porque al final de cuentas todo el mundo sabe que la ciudad no se detiene, la ciudad sólo crece como decía Chico Sicence.

Autoria: Anatalia Araujo

Tradução: Gonzalo Sandin

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